Artemisa blog

Aquella anciana,  con su cara de porcelana  con su chaquetita de entretiempo. y las chapetas rosadas, luce al sol, su melena blanca. Se diría que es un lienzo,  traspasado por la suavidad de su color nacarado,  cómo cuando una rosa  despliega sus pétalos, para expandir, su fragancia. Allí sentadita,  respirando paz,  mientras dormita. De alguna manera mágica, recobró la inocencia, de su más tierna infancia. Y en su soñar puedes inundarte de fe, mientras la ves,  en su dulzura mansa. Ya el tiempo, no tiene prisa nada que esperar, ni hacer está tranquila, reposando su vida. Me inspira en su luz, la belleza de la vejez, cuando con esa calma te transporta, a la infinitud que se ve, en su mirada. Y entonces, me pregunto Cuál fue su vida en los albores? Qué pensares o sentires, pasaron por ella? que pareciera, que nunca alli existieran.  El estupor, al apreciar, viendo tan maravilloso ser, que sólo en la presencia el alma, descansa, y en lo efímero del tiempo  permanece aquí, en

Llegaba el tiempo en el estío del verano, de regresar al pueblo. Como el merecido premio que , sin pretenderlo, lo termina siendo. La abuela, en su casita de cal, con las verjas de madera de sus ventanas abiertas, como un saludo que no espera respuesta. Aquellas grietas, en su fachada de cemento  viejo, como para curarla de tantos años, al temporal expuesto. La cocina con sus guisos. La campana con olor a lumbre. La alegría de sentir, los juegos libres, de ser niños, sin límites, de jugar al escondite. Al calor del brasero, Catalina, ruda y aguerrida. La que nos esperaba siempre al pie de la colina, con su sonrisa noble y desdentada Limaba sus dos largos dientes, cómo si se tratara de un juego de viñeta, de cómico de pandereta. Catalina, mujer, curtida. Pequeña, con la espalda encorvada, del peso amargo de sus lágrimas que en su soledad cargaba de pelo negro azabache y cano, de escasa y larga melena, que en una trenza a duras penas con gracia, en un moño anudaba. En su ira

Vilviestre del Pinar Son historias de un pueblo. Paseando por sus calles, rememoro al olor del pan recién hecho, los recuerdos de mi infancia. Los caminos de pinares, subiendo a la iglesia. La infinitud del cielo que aquí, se aprecia limpio y en su plenitud, sereno. La Vía Láctea, Saturno y Pegaso con las luces que vienen de las fiestas, enfocando, al cielo raso.   Y allí, a lo lejos, se divisa el brillo vecino, de otros pueblos  que se adivinan  por las sombras, al cobijo taciturno  de las montañas. Pareciera que duermen una plácida paz de ensueño. Los pilones, las acequias. Las campanas de la iglesia y del rincón de esa piedra el recuerdo de haber visto desde allí, las estrellas. Las gentes sencillas de otro tiempo, donde saludarse  es lo correcto. Andando por las calles, de mis ancestros, recupero mis raíces, al calor de las gentes que me preguntan Y tú, de quién eres? Se detiene el tiempo, tras largas ausencias se recobra, todo lo vivido, como si hubiera sido  hace un m

 Video y fotografia de Aurora Vilariño Al son de un cuerpo perfecto acurrucado al sol de mis brazos Quién, puede ver arte? Cómo la vasija esculpida a base de herida y barro Quebranto llevo y desgarro forjado como el acero hecho  de fuego de loba y sed de amor para darte Me bastó un instante para ver tu rostro y enamorarme Quién Puede ver la belleza del viento en el aire? Mi cuerpo cuenta tu vida mi cuerpo lleva tu sangre. Tengo heridas en mi vientre y ausencia de tu espacio que es testigo de tu paso que es la huella que has dejado Estrías que gritan La sacra labor de  darme y en la entrega morir para alumbrarte Puedes sentir el coraje en el aire? El corazón pleno llevo ,de nutrirte mi amor con mis senos Cayeron como se posan las hojas llenas de rocío ,al alba y con su alimento saciaran la tierra que nos mece y ama Mis caderas son dos pilares dos arbustos que se abren para  afianzarte en esta tierra bendita donde prometí cuidarte Puedes ver la fuerza del viento en el aire? M

Fotógrafia y modelo: Aurora vilariño Vientre de alquiler como una parte separada de una mujer Nacido por dinero,  de la necesidad,  entregado en el dolor y en el miedo Sentido en mis entrañas desgarrado en el corazón de la brutalidad  desvalijado sin piedad Donde se entiende el deseo como justificación  para callar un eco que se ignoró  El mar empujando el vientre El pez atrapado en la red el milagro de la vida que guarda mis llantos  y mis desvelos Permanecerás en mí  como habita la savia en los cedros Hijo por entrega, a la carta dando por buena la separación como parte de la condena El mar empujando el vientre El pez atrapado en la red Quién se atrevió a imaginar cortar al amor por la mitad? Quién firmó la sentencia para hacer del dolor  una carta de presentación? Una loba herida, aullando Una flor, cortada de un sesgo Un ruiseñor, silenciada su voz El mar empujando el vientre El pez atrapado en la red El nido que se robó  Sin más sentido Que poseerlo por puro egoísmo, C

Querida tuya, que no mía, te deseo, amor incondicional a ti. Que mires tu vida como un regalo para experimentar y vivir. El cielo también habita en la tierra,  Se puede por momentos ser feliz,  y en la caricia de los recuerdos, volverlos a recibir. Si viene  dolor,  es porqué llamó  a tu puerta un momento, envuelto de desilusión. Con los frutos amargos también, se hace un buen licor. Camina orgullosa  con los pies en la tierra y el corazón  pleno al  mirar las estrellas. Los sueños se hicieron a base de imaginar. Se puede coger con las manos  el agua del mar. De La amabidad  hacia los otros, haz un lema, lo que te hicieron sentir, crea amor y siempre queda. la dulzura con los niños, la ternura con los viejos, y el coraje como remo, en las dificultades y enredos. Naciste desnuda, pero vestida de  fuerza. Me llenó de paz ,tu sabiduría  como se ilumina el alba al llegar el  nuevo día. En la aventura de estar viva, que siempre gane tu actitud. Querida tuya ,que no mía, porque t

Tres pequeños  con sus juegos, se acercaron a mí.  Risueños, arlequines inquietos, querían ver a mi perro  y corrieron con descaro para hacerle gruñir. Sus miradas curiosas, me parecieron ventanas, como cuando al abrirlas corriera el aire fresco, te despeinaras y te hiciera reír.  La más pequeña  con su pelo negro ensortijado, sus ojos grandes, brillantes y su lengua de trapo, preguntando a tropel, una tras otra, las intrigas sobre mi amigo fiel. Traviesos, radiantes, con su inocencia pura, cautivan al que, con su asombro, preguntan.  Contemplé al pequeño  de pelo largo, de tirabuzones negros. Un tarzán en una jungla,  en medio del asfalto, que trepó por las lianas de su selva inventada. De ojos menudos, cara fina y alargada, tez morena y pestañas  de un negro azabache, de la oscuridad profunda, donde en tiempos, nació la noche. Son un sol, que acaricia,  donde se puede soñar, con Peter Pan, en el país, de nunca jamás y bailar descalza.  La tercera; tímida, vacilante pero c

Las lágrimas, al caer de una espiga, al suelo, dieron la siguiente, que crecerá fuerte, en el esplendor nuevo. Cautelosa, delicada, brinca a sus anchas la ardilla, jugando con sus saltos, en la corteza del árbol. El anciano, sentando en un banco, ve correr la vida. Ya sólo importa sentir el aroma del aire, mientras respira. Como el niño incansable  en la charca, que salta, que grita y con la melodía de su risa, te transporta a un instante,  contagiado por su alegría Tras un día de tormenta la calma llega y todo el campo se inunda  de aromas con olor a paz y a leyenda. El momento de su intensidad dio, como regalo los frutos que, con su música, compuso ese acorde, de generosidad.

https://photos.app.goo.gl/oZgZaZ9Y44TEo8287 Truena en la calle, se oye el viento golpeando a la nada. Rugir de estruendo a medianoche. Tiembla, mi corazón roto contra los cristales, mojados y silenciosos. Un golpeteo abre  de par en par la puerta, la esperanza que surge del irrumpir abrupto, que chapotea con sus cantos el alma. Dios también tiene nostalgias. Tras la lluvia violenta y sonora se encierra la furia que se enreda con mi alma.