SÉ COMO EL RIO
Sé como el agua del río.
No existe risco o camino,
que pueda parar su curso,
ni sombra,
que impida brillar su espejo.
Murmullo de cascabeles
con ancestrales sonidos
de fragancia; de libertad
es tu cantar en mi oído.
Es agua clara que baja,
mecida por la montaña;
desde las raíces de los robles,
al baile de alisos y abedules,
que mojan sus pies al río,
que atraviesa los barrancos,
inocente, puro, cristalino;
y se deja arrullar tranquilo.
Desde las nieves pasadas,
al río, nadie lo para.
Hasta la ladera abajo
va seguro de su curso.
Confiado, fluido, generoso.
Sé como el agua del río.
No existe risco o camino
que pueda parar su curso,
ni sombra
que impida brillar su espejo.
Y llegando el agua mansa,
a la fuente desde la montaña,
corre sin prisa y mansa
llega, dulce y siempre mana.
En su diamantina agua
leal a si misma es y danza
ella siempre eterna y sabia.
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