El otoño luce, ocre, granate, amarillo, campo alfombrado de color de luz de luna embrujado. Tierra de oro viejo de invierno mate. Nostálgico ,de melancolía que late. Quedó el canto del grillo silenciado, en el baile de las hojas chocolate. Se respira paz, en el desnudo prado. Es un suave roce, de piel satén de atardeceres intensos, de rojos madre, mi corazón se ritma al son del paisaje sereno, de sus ojos; en un batir de flores que se posan y serán alimento, en sus rastrojos. El otoño, es mi vida que reposa.
La vida te lo pone así delante. Tienes que priorizarte,no temas sé fuerte para seguir adelante. Coge el timón,a las olas tú las remas. Por más que llegue el viento de levante. Por más que bufe la mar suprema, al agua lo evaporó el fuego que quema Y todo el dolor mostrará tu talante. comprobarás que tienes resiliencia y en tu luz y también en tu fuerza darás voz a los que se les silencia Una loba defendiendo su camada a aquellos de dignidad desahuciada. Fuiste la luz que sirvió de almohada Eres bambú de raíces profundas, flexible e invencible frente al viento, hecho de puro acero, tu pensamiento
Hay una parte de mi jardín que yerta está.No florece, así yo la riegue, la mime , la espere..Se quedó muerta por la última sequía, no la llegué... no pude ,no creció, se quebró su huerta Cuido de sus raíces, más no es cierta esa ciencia.Su actitud hizo el pliegue No crece, se secó,así yo la riegue No todo depende del cuidador, más mi corazón se quedó vacío, triste sin su olor. Era yo su adorador. Una parte de mí ya se perdió. Todo fruto debiera ser detonador de los mimos y el calor que un día se dió
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